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lunes, 17 de diciembre de 2012
miércoles, 5 de diciembre de 2012
asesinatos anarquistas en la historia contemporánea española
El gran Canalejas, señores diputados, ha muerto cuando a pie y confundido entre la multitud, fijaba su atención en las últimas producciones de la inteligencia. Ha muerto como ha vivido; con sus dos amores de hombre público: entre el pueblo y dedicando a la ciencia su último pensamiento”.
Con esta retórica parlamentaria, aún decimonónica, glosaba el jefe del Gobierno interino el magnicidio del presidente Canalejas en una Puerta del Sol llena de gente, mientras contemplaba el escaparate de una librería. Hacía apenas cuatro horas del atentado cuando las Cortes escuchaban la emotiva comunicación, aunque no provocó el estupor de ningún diputado. A esas horas todo Madrid había oído contar cien veces, por el boca a boca, el asesinato de Canalejas.
Lo que había sucedido esa mañana en la Puerta del Sol era un ejemplo perfecto de propaganda por el hecho, el eufemismo con el que los anarquistas se referían a los más tremendos actos de terrorismo. Había sido el príncipe Kropotkin, el importante teórico del movimiento anarquista, quien fijara en el siglo XIX el principio “un acto puede hacer más propaganda que miles de panfletos”.
Esta idea, en manos de los hombres de acción curtidos en la lucha, de los fanáticos de gatillo fácil, de los desesperados dispuestos a morir y matar por la causa, había dado lugar a una táctica de combate terrible. Los regicidios, los magnicidios, son tan viejos como la Historia, ya están registrados en el Imperio Antiguo egipcio. Lo que siempre han perseguido estos atentados era eliminar a la cabeza del poder, para así apoderarse de él más fácilmente.
Sin embargo, con la teoría de la propaganda por el hecho, el movimiento anarquista del siglo XIX cambió el sentido de estas acciones. El terrorismo dejaba de ser un medio para convertirse en un fin en sí mismo. No importaba a quién se matara, sino que hubiese muertos que estremecieran a la sociedad, causar un impacto que anonadara al poder y provocara el estallido de la rebelión popular.
Del Corpus al 11-S.
Es una perversa teoría que llegaría a su culminación con el atentado contra las Torres Gemelas del 11-S, donde para los terroristas no importaba ninguno de sus muertos, sino el espectáculo logrado y su difusión a todo el mundo por la televisión en directo. Pero mucho antes de que Bin Laden aprovechara los hiperdesarrollados medios de comunicación de hoy, los anarquistas de finales del XIX y principios del XX se hicieron maestros en conseguir portadas en la prensa.
El 7 de noviembre de 1893, durante una representación del Guillermo Tell de Rossini en el Liceo de Barcelona, un militante anarquista lanzó desde el gallinero dos bombas Orsini sobre el patio de butacas. Causó 21 muertos indiscriminados, víctimas anónimas cuya eliminación no se sabía si favorecería o perjudicaría al movimiento libertario. No importaba, lo que se buscaba era la propaganda por el hecho.
atentado en el Liceo de Barcelona |
Tres años después, también en Barcelona, ese terrorismo ciego alcanzaba su dimensión más monstruosa cuando un anarquista venido de Francia arrojó una bomba contra la procesión del Corpus, un acontecimiento popular que además estaba lleno de niños de primera comunión, y que provocó una docena de muertes. No es de extrañar que Kropotkin renegara horrorizado del monstruo que había creado su especulación teórica, y a finales del XIX condenara esa práctica de la propaganda por el hecho.
Sin embargo los activistas siguieron con su modus operandi del terrorismo, buscando aunar el magnicidio que, supuestamente, provocaría consecuencias políticas, con la propaganda por el hecho.Un momento cumbre se produjo con el atentado al cortejo nupcial de Alfonso XIII. Los anarquistas tenían una clara vocación regicida, extendida por todo el mundo, desde Japón a Italia, pero su favorito era sin duda el rey de España. Hasta cinco atentados sufrió, aunque fracasaron todos. El día de la boda de Alfonso XIII con la princesa inglesa Ena de Battemberg, Mateo Morral, un anarquista intelectual, bibliotecario de la Escuela Moderna de Ferrer Guardia, arrojó desde un balcón una bomba envuelta en flores sobre la carroza real cuando pasaba por la Calle Mayor.
El atentado falló en su propósito de liquidar al monarca, aunque provocó la muerte de 60 personas del público, sin embargo alcanzó un hito en la propaganda por el hecho, pues el exacto momento de la explosión fue captado por la cámara de un fotógrafo aficionado, un estudiante de 17 años que se la había comprado aquel mismo día, estimulado porque el periódico ABC ofrecía pagar cinco duros por las fotos del cortejo. Cuando apretó el disparador para impresionar la última placa que le quedaba, estalló la bomba entre los caballos, y esa fotografía daría la vuelta al mundo.
Asesinato anunciado.
Seis años después y muy cerca de la Calle Mayor, el anarquismo quiso repetir la combinación depropaganda por el hecho y magnicidio. La víctima esta vez sería el presidente del Consejo de Ministros, como se designaba entonces al jefe del Gobierno, José Canalejas. Canalejas era toda una figura de la escena política española, un auténtico hombre de Estado progresista y liberal; tras algunos escarceos republicanos en su juventud había entrado en el Partido Liberal, y siempre promovió una política reformista y de mejoras sociales, como recoge un libro publicado con ocasión del centenario por Ediciones Cinca titulado, precisamente, José Canalejas. La cuestión social. Canalejas concitaba la hostilidad despiadada de la extrema derecha por su progresismo –la Iglesia le declaró guerra a muerte por su Ley del Candado–, pero a la vez eso lo convertía para el extremismo anarquista en un enemigo peor que el más reaccionario de los gobernantes, pues con su política social entibiaba los ímpetus revolucionarios del pueblo. Pero para despertarlos estaba la propaganda por el hecho.
El propagandista sería esta vez un terrorista seguido por la policía, un auténtico asesino anunciado cuyos planes se conocían. El propio Canalejas le había contado a su esposa, poco antes de su muerte, que la policía había perdido la pista de un anarquista que “tengo el convencimiento de que nos dará algún disgusto serio; se llama Pardinas”. Pese a todo Canalejas seguía con su rutina de vida sencilla, con la mínima seguridad de un solo escolta.
A las once y media de la mañana del 12 de noviembre, tras haber despachado con el rey y pasado por su casa, Canalejas se dirigió al Ministerio de Gobernación (hoy Presidencia de la Comunidad de Madrid), paseando entre el gentío de la Puerta del Sol. Se detuvo ante el escaparate de la librería San Martín “cuando se le acercó un individuo de regular estatura y bien vestido, y sacando rápidamente una pistola Browning, disparó por detrás tres tiros sobre D. José Canalejas”, según cuenta la crónica de El Heraldo de Madrid, que añade los siguientes detalles.
La Puerta del Sol estaba llena de gente, hasta el punto de que Canalejas no llegó a caer al suelo, porque lo sujetó un criado del conde de Villagonzalo. Sobre el agresor se lanzó no solo el policía de escolta, dándole bastonazos, sino un héroe transeúnte llamado Víctor Galán Freig, a los cuales disparó antes de volver la pistola contra sí y suicidarse. Un médico que pasaba por allí, el doctor Sánchez de la Ribera, acompañó al cuerpo de Canalejas hasta Gobernación, a dos pasos, y comprobó que había sido alcanzado por un solo balazo, que le atravesó la cabeza entrando por detrás de la oreja izquierda, mortal de necesidad.
Pardinas había montado una escena auténticamente dramática delante de numeroso público, aunque no tuvo la suerte de que hubiera un fotógrafo allí sacando fotos en ese momento. Sin embargo los medios de comunicación eran cada vez más eficaces, y encontraron fórmulas para estremecer al público. El diario ABC publicó una portada con una fotografía en la que se veía a Pardinas disparando sobre Canalejas con el pie de foto “Asesinato del Sr. Canalejas”, y debajo, en letra más pequeña “Reconstitución fotográfica...”. Incluso se rodó un documental, una reconstrucción cinematográfica del atentado, en la que el papel de terrorista fue interpretado por un joven actor llamado Pepe Isbert.
La propaganda por el hecho había emprendido el camino que llevaba al 11-S.
Fuente: ABC
viernes, 30 de noviembre de 2012
Los reinos hispanos se hicieron provincias hace 179 años
Javier de Burgos diseñó la actual división provincial en un Real Decreto el 30 de noviembre del año 1833. El mapa permanece prácticamente igual 18 décadas después
Costó tiempo y paciencia dividir el territorio del que hoy es el Estado español. Primero fueron las «audiencias y las intendencias» de los borbones. Un intento de acotar los Reinos Hispanos que procedía de la época de los Habsburgo.
Las diferencias de talla de las circunscripciones y la heterogeneidad institucional provocaron ineficiencias a la hora de administrar justicia y forzaron a los ilustrados a poner orden en el asunto.
Se ideó una división más racional, con territorios de un tamaño parecido a imagen y semejanza de los Departamentos franceses.
Pero las prefecturas y subprefecturas de José Bonapartetampoco funcionaron, ya que los afrancesados nunca llegaron a tener el control de todos los reinos. También las Cortes de Cádiz fracasaron en su intento de aplicar racionalidad geométrica a la península Ibérica.
No fue hasta el año 1833 cuando el escritor Javier de Burgos trazó las líneas definitivas sobre el mapa, dibujando un enrejillado que permanecería en el tiempo casi intacto hasta nuestros días.
Tal y como cuenta el historiador de la Universidad de Valladolid, Mateo Martínez «la estructuración provincial de Javier de Burgos no siguió un criterio meramente geográfico del modelo francés, sino que tuvo un carácter histórico».
Centralización y racionalización
El Decreto vería la luz el 30 de noviembre de 1833 y hoy hace exactamente 179 años en el marco de una gran centralización administrativa que no traería consigo solo la provincia, sino la racionailzación de toda la administración. Se creó el «ministerio de Fomento», que se puso en manos de don Javier de Burgos.
La provincia nacía en palabras de De Burgos (recogidas por el historiador Mateo Martínez) como «un Centro de donde partiese el impulso para regularizar el movimiento de una máquina administrativa».
La España dibujada por Burgos tenía 49 provincias, no 50, y 14 regiones. Todas ellas tomarían el nombre de sus capitales, excepto las provincias de Navarra, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, que aun conservan sus denominaciones. Además se formaron 9.355 ayuntamientos.
El diseño tuvo en cuenta los modernos criterios de racionalidad, pero también se intentaron respetar las divisiones de los antiguos Reinos.
En el mismo camino de centralización en 1834 se fijaron otras entidades más pequeñas que la provincia. 463 núcleos de población con juzgados de primera instancia. La reforma iniciada por Javier de Burgos la continuaron los moderados a lo largo de todo el reinado de Isabel II, explica Martínez, aunque sufrió los envites constantes de las fuerzas de la oposición.
Recordemos que este fue un proyecto de los moderados, y que por lo tanto, encontraría siempre la oposición progresista, en especial en la cuestión del reparto de los municipios. Más tarde, los Republicanos Federales se opondrían al proyecto por su «excesivo centralismo».
En 1927 otro Decreto ley dividió el archipiélago canario en 2 mitades: la mitad oriental sería la Provincia de Las Palmas y la occidental, Santa Cruz de Tenerife.
Las circunscripciones crecerían en número con la anexión del entonces «Sahara español», hoy «Sahara occidental», y otros territorios del África Occidental, pero menguarían luego a golpe de independencia, volviendo casi a su número inicial.
Sin embargo, el resultado final es que, salvo pequeñas salvedades, el territorio español sigue en nuestro tiempo el trazo de Javier de Burgos.
Fuente: ABC
jueves, 15 de noviembre de 2012
Gibraltar y España
Gibraltar, el Peñón disputado |
La Aventura de la Historia resume las claves del conflicto de la Roca, que revive ahora por el enfrentamiento de los pescadores españoles con las autoridades gibraltareñas y las celebraciones del Jubileo de Isabel II
Hace tres siglos, al comienzo de la Guerra de Sucesión, la armada anglo-holandesa de Rooke atacó y ocupó Gibraltar. En lugar de entregar la plaza al archiduque Carlos de Austria, el inglés se apoderó el Peñón en nombre de la reina Ana. Desde entonces, el Peñón se convirtió en una dolorosa historia de ocupación, guerras e inútiles gestiones diplomáticas entre España y Reino Unido. Hoy, la Roca es el último y anacrónico vestigio del colonialismo británico.
Gibraltar deja de formar parte de España
-Gibraltar deja de formar parte de España en el curso de la Guerra de Sucesión entre Felipe V y el archiduque Carlos de Austria. Los ingleses se apoderaron del Peñón en 1704, aprovechando que estaba desguarnecido.
-Tras la Paz de Utrecht en 1713, Felipe V se vio obligado a ceder a Inglaterra la ciudad y el castillo de Gibraltar. El texto prohíbe explícitamente el contrabando, asi como la prohibición de moros y judíos de asentarse en el Peñón.
-Por dos veces rechazó España un acuerdo de recuperar Gibraltar, uno en 1718 a cambio de que Felipe V detuviera su ofensiva sobre Italia, y otro a cambio de ceder Santo Domingo y recibir la Roca. España se negó en ambas ocasiones.
Intentos de recuperación
-En 1727, veintemil soldados españoles fracasaron en la toma de la Roca.
-Tras la guerra se construyó una línea fortificada que se apoyaba en los fuertes de San Felipe y Santa Bárbara. Junto a la zona neutral, en el lado español, surgió la ciudad de La Linea de la Concepción.
Avances de la colonia por el istmo
-El más feroz de los asedios duró 43 meses, desde 1779 a 1783.
- En los años 80 del siglo XVIII, Gran Bretaña se apoderó de todo el istmo. La línea fortificada fue demolida para que no la ocuparan los franceses en la Guerra de Independencia.
En la ribera del istmo los ingleses avanzaron sus posiciones 750 metros. En esta zona construyeron en los años ochenta un aeropuerto.
Un problema enquistado
- El contrabando, prohibido en el Tratado de Utrecht, fue un problema constante entre las relaciones británicas y españolas.
Una escala primordial en el camino a Suez
-El control del Estrecho incrementó su importancia cuando comenzó a funcionar el Canal de Suez. En esta fecha Gibraltar se había convertido en un mito patriótico para los ingleses.
Intento de permuta por Ceuta
-En el siglo XX, el puerto de Gibraltar se quedaba pequeño y era indefendible ante el nuevo rango de la artillería. Por eso se estudió la posibilidad de permutar Gibraltar por Ceuta, a lo que se negó Alfonso XIII.
Dos siglos de convivencia civil
-Durante la Guerra Civil, 4.000 republicanos llegaron a la colonia británica, lo que inclinó la opinión pública en contra de los sublevados.
-Franco convirtió a Gibraltar en un “asunto exterior” para desviar la atención de los graves problemas internos. En 1954 Isabel II visitó el Peñón para reafirmar la soberanía británica.
-En 1956 llegó el Comité de los 24 de la ONU, encargado de los asuntos de descolonización. Poco antes Estados Unidos establecía bases militares en España, declarándose neutral en el asunto.
Gibraltar llega a la ONU
-La postura de Londres es que Gibraltar no era un problema colonial, sino que el destino del Peñón dependía de la autodeterminación de sus habitantes. En el referéndum, de una población de 20.000 personas, menos de cien se mostraron partidarios de unirse a España. Madrid impidió a aviones británicos sobrevolar suelo español con destino a suelo gibraltareño.
-En 1969 el Parlamento de Londres aprobó la Constitución de Gibraltar en la cual se comprometía a mantener su dominio hasta que otro parlamentario dijera lo contrario. La reacción española fue cerrar la frontera.
Bloqueo, narcotráfico, contrabando
-Los problemas a día de hoy vigentes son: el lavado de dinero negro, el contrabando de tabaco y drogas y el trafico de mercancías peligrosas, así como la situación de paraíso fiscal que Gibraltar mantuvo hasta 2005.
-Se producen esporádicos choques por motivos de aguas jurisdiccionales entre los pescadores.
Trabas para un acuerdo
-Londres y Madrid tienen pocas diferencias sobre la utilización conjunta de la base militar y el aeropuerto, pero la postura de los lugareños impide que se llegue a un acuerdo.
Fuente: La aventura de la Historia
martes, 30 de octubre de 2012
CIRCULAR MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN 1º REPÚBLICA
“Vacante
el trono por renuncia de D. Amadeo de Saboya, el Congreso y el Senado
constituidos en Cortes Soberanas, han reasumido todos los poderes y proclamado
la República.
A
consolidarla y darle prestigio deben ahora dirigirse los esfuerzos de todas las
Autoridades que de este Ministerio dependen. Se la ha establecido sin sangre,
sin sacudimientos, sin la menor alteración del orden y sin disturbios; conviene
que se la sostenga para que acaben de desengañarse los que la consideraban
inseparable de la anarquía.
Orden,
libertad, justicia: tal es el lema de la República. Se contrariaría sus fines
si no se respetara e hiciera respetar el derecho de todos los ciudadanos, no se
corrigiera con mano firme todos los abusos y no se doblegara al saludable yugo
de la Ley todas las gentes. Se los contrariaría también si no se dejara ancha y
absoluta libertad a las manifestaciones del pensamiento y la conciencia, si se
violara el menor de los derechos consignados en el título I de la Constitución
de 1869. No se los contrariaría menos si por debilidad se dejara salir fuera de
la órbita de las leyes a alguno de los partidos en que está dividida la nación
española. Conviene no olvidar que la insurrección deja de ser un derecho desde
el momento en que universal el sufragio, sin condiciones la libertad y sin el
límite de la Autoridad Real la soberanía del pueblo, toda idea puede difundirse
y realizarse sin necesidad de apelar al bárbaro recurso de las armas… Se han de
reunir Cortes Constituyentes que vengan a dar organización y forma a la
República; no se repetirán en los próximos comicios las ilegalidades de otros
tiempos. No se cometerán ya las coacciones, los engaños, las violencias, los
fraudes que tanto falsearon otras elecciones: no quedará por lo menos sin
castigo el que los cometa. Sin un profundo respeto a la ley sería la República
un desengaño más para los pueblos; y los que componemos el Poder Ejecutivo no
hemos de defraudarles, sin consentir que se les defraude la última esperanza.”
Circular del Ministerio
de la Gobernación a todos los gobernadores de provincias del 14 de febrero de 1873.
COMENTARIO
1. Estamos
ante un texto primario de carácter
político, ya que se trata de una circular dirigida a todos los gobernadores de provincias, que serían pues
los destinatarios del mismo. Personajes muy importantes en ese momento en
España, ya que, dado el carácter centralizador del Estado liberal hasta
entonces, eran los encargados de las fuerzas del orden, del control de los
alcaldes, etc. El autor del documento es el Ministerio de la Gobernación, posiblemente,
este texto pertenezca más concretamente a Francisco
Pi y Margall, un intelectual y político español que fue ministro de
Gobernación y segundo presidente de la Primera República española. Este
político español presentó una Constitución Republicana Federal ante las Cortes
en julio de 1873, Constitución que, sin embargo, no fue aprobada.
2. La
finalidad perseguida por el autor con este texto es, ante la proclamación de la
República el 11 de febrero de 1873, garantizar un clima estable basado en el orden, la libertad y la justicia, pero
evitando, por supuesto, las posibles insurrecciones que puedan tener lugar por
parte de partidos políticos, o de grupos de personas cuyas ideologías eran
diferentes a la republicana. Por supuesto, su intención es también la de consolidar y prestigiar la República, tratando
de convencer de que es éste el mejor método de gobierno y que debe, por ello,
instaurarse correcta y pacíficamente. Reconoce la soberanía popular y el sufragio universal, y critica las frecuentes corruptelas presentes
durante todo el período liberal.
3. En
cuanto a las circunstancias
espacio-temporales, debemos señalar que el texto se encuentra escrito en el
penúltimo año del sexenio revolucionario (1868-1874), concretamente tres días
después de que Amadeo de Saboya, (monarca de España durante dos años en los que
trató de instaurar una monarquía constitucional dirigida por una dinastía
extranjera con gran popularidad debido a la unificación de Italia), presentara
su renuncia al trono, siendo aceptada ésta por las Cortes. Amadeo abandonó
España dando como consecuencia la sensación de país ingobernable y contrario a
una monarquía democrática, puesto que existió una gran inestabilidad debido a
la gran oposición que Amadeo recibió por parte de moderados, de la Iglesia, de
la élite del dinero, así como por parte de los carlistas, los sectores
republicanos, y los grupos populares. Esta amplia oposición al monarca tuvo
lugar desde su llegada al trono y supuso numerosas dificultades a su reinado,
por lo que hubo seis ministerios en los dos años que gobernó, e incluso
intentaron asesinarle. Todo esto terminó por desembocar en la renuncia ya
señalada del rey que cita el documento propuesto ("Vacante el trono por
renuncia de D.Amadeo de Saboya,"); y que desembocará, asimismo, en la
proclamación de la República por parte del Senado y el Congreso, considerados
garantes de la Soberanía Nacional. Dicha aprobación fue, sin embargo, un
fraude, porque la gran parte de la Cámara era monárquica y votaron la República
únicamente como una manera de ganar tiempo para restablecer posteriormente a
los Borbones.
4. .
Podemos hacer una división del texto en tres
partes distintas. La primera correspondería a la primera frase, en la que se presenta la situación, citando la dimisión de Amadeo de Saboya y la
proclamación posterior de la primera República. La segunda parte englobaría las
dos siguientes líneas dónde se apela a la unión
y al esfuerzo común para conseguir que las autoridades de cada provincia puedan
mantener el orden y la fuerza de la ley
y demostrar, además, a aquellos que consideraban la República inseparable de la
anarquía que estaban equivocados. La tercera y última parte del documento sería
el texto restante, donde se señalan las reformas
y acciones que deben realizarse para evitar errores del pasado y no volver
a defraudar al pueblo.
Pi i Margall destaca en
este documento que el nuevo régimen no ha nacido fruto de una insurrección,
sino de manera pacífica, “sin sangre, sin sacudimientos”. Gran contraste si
analizamos el convulso siglo XIX español hasta el momento, en el que las
guerras civiles, los pronunciamientos militares, las revueltas populares, etc.,
han sido una constante en nuestro devenir.
La República debe
superar todos los vicios del pasado: debe asegurar el orden, respetándose las
leyes; debe preservar las libertades y derechos de los ciudadanos,
especialmente el de expresión y conciencia; reconocer el sufragio universal
masculino, por lo que carece de justificación ningún tipo de insurrección al
poder expresarse libremente todos los ciudadanos y estar representados en las Cortes todas las tendencias políticas.
Reconoce la soberanía popular, sin que la limite ninguna autoridad real. No se
cometerán en lo sucesivo fraudes electorales tan comunes durante el régimen
isabelino. En definitiva, la República supondrá el establecimiento de un auténtico
régimen democrático en el que todos los ciudadanos estén representados independientemente de su riqueza y de su ideología.
miércoles, 24 de octubre de 2012
COMENTARIO DECRETO DE NUEVA PLANTA
He juzgado conveniente(…) abolir y derogar enteramente, como desde
luego doy por abolidos y derogados, todos los referidos fueros, privilegios,
práctica y costumbre hasta aquí observados en los referidos reinos de Aragón y
Valencia; siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla, y
al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y se ha tenido en ella y en
sus Tribunales sin diferencia alguna en nada; pudiendo obtener por estas razón
mis fidelísimos vasallos, los castellanos, oficios y empleos en Aragón y en
Valencia, de la misma manera que los aragoneses y valencianos han de poder en adelante
gozarlos en Castilla sin ninguna distinción.
Decreto de Nueva Planta para Aragón y Valencia. Felipe V,
junio de 1707.
1. Se trata de un texto de fuente primaria y de naturaleza jurídica, en concreto un fragmento
de un decreto de nueva planta: el decreto de abolición de los fueros de Aragón
y Valencia en 1707. Su autor es el rey Felipe
V de Borbón, nieto de Luis XIV y rey de España por derecho de sucesión tras
la muerte de Carlos I en 1700 y tras librar la guerra de sucesión entre 1700-1713
frente a Carlos de Habsburgo archiduque de Austria. El destinatario del texto
es público, ya que es un decreto que
se daba a conocer a todos los súbditos
de Aragón y Valencia en particular y del
resto de territorios de España en
general.
2. El decreto expone que los reinos de Aragón y Valencia han
perdido sus fueros. En consecuencia Felipe V somete a estos territorios a las
leyes castellanas para lograr así la unificación de las leyes del reino. Quedaban
así abolidas las instituciones tradicionales de gobierno de Aragón y Valencia.
También afirma el rey la abolición de las diferencias entre los vasallos de los
distintos territorios de acceder a cargos en reinos distintos al de su
nacimiento.
3. Los decretos de
Nueva Planta fueron las leyes con las que Felipe V emprendió la reforma
administrativa de los territorios de la corona de España. Al decreto de Aragón
de 1707, le siguieron otros decretos posteriores para Cataluña, Baleares y
Castilla.
El objetivo de los decretos de nueva planta respondía al
deseo de Felipe V de uniformizar la
administración de los territorios de la monarquía hispánica, sumidos en una
crisis económica y devastada por la guerra. El objetivo era reducir los
territorios del reino a las leyes e
instituciones de gobierno castellanas, acabando con el mosaico de jurisdicciones
territoriales que había caracterizado la organización administrativa de los austrias.
El objetivo solo se cumplió parcialmente. Aragón y Valencia, los primeros en
ser sometidos, fueron tratados con dureza, lo mismo ocurrió con Cataluña, donde
las instituciones tradicionales fueron abolidas, incluyendo la Generalitat y al
Virrey. En Baleares hubo cierto proceso de negociación.
4. Los decretos de nueva planta desarrollaron así el nuevo
sistema administrativo traído por los borbones y aplicado en Francia. A la
extensión de las jurisdicciones e instituciones castellanas se superpuso la
creación de una institución francesa, la intendencia,
con atribuciones legislativas, judiciales e incluso administrativas (en
América).
Con los decretos de nueva planta se iniciaba un nuevo modelo
de organización administrativa absolutista propio de la nueva dinastía francesa.
La obra de reorganización administrativa de la monarquía hispánica y las
colonias americanas continuó durante todo el reinado de Felipe V, e incluso
durante el reinado de sus sucesores, Fernando VI y Carlos III. A imagen del
modelo francés, fueron introducidas las secretarías
de Estado (Guerra, Marina, Gracia y Justicia, Hacienda e Indias.). Por
último, con la supresión de las antiguas cortes de Aragón y Cataluña, quedaban
constituidas las Cortes de España,
aunque estas solo se reunieron para las coronaciones.
La aplicación de los decretos solo pudo realizarse con tranquilidad
desde el fin de las hostilidades que representó el tratado de Utrecht de 1713, paz
que recordemos ponía fin a la guerra de sucesión española, que había enfrentado
a la Casa de Borbón, frente a la Casa de Austria. Desde este año, Felipe V gobierna
España y aplica nuevos decretos de Nueva Planta en Cataluña, Baleares y Castilla.
martes, 23 de octubre de 2012
COMENTARIO " VIVA ESPAÑA CON HONRA"
Proclama de los sublevados en Cádiz.
Españoles: la ciudad de Cádiz puesta en armas con toda su provincia (...)
niega su obediencia al gobierno que reside en Madrid, segura de que es leal
intérprete de los ciudadanos (...) y resuelta a no deponer las armas hasta que
la Nación recobre su soberanía, manifieste su voluntad y se cumpla. (...)
Hollada la ley fundamental (...), corrompido el sufragio por la amenaza y el
soborno, (...) muerto el Municipio; pasto la Administración y la Hacienda de la
inmoralidad; tiranizada la enseñanza; muda la prensa (...). Tal es la España de
hoy. Españoles, ¿quién la aborrece tanto que no se atreva a exclamar: «Así ha
de ser siempre»? (...) Queremos que una legalidad común por todos creada tenga
implícito y constante el respeto de todos. (...) Queremos que un Gobierno
provisional que represente todas las fuerzas vivas del país asegure el orden,
en tanto que el sufragio universal echa los cimientos de nuestra regeneración
social y política. Contamos para realizar nuestro inquebrantable propósito con
el concurso de todos los liberales, unánimes y compactos ante el común peligro;
con el apoyo de las clases acomodadas, que no querrán que el fruto de sus
sudores siga enriqueciendo la interminable serie de agiotistas y favoritos; con
los amantes del orden, si quieren ver lo establecido sobre las firmísimas bases
de la moralidad y del derecho; con los ardientes partidarios de las libertades
individuales, cuyas aspiraciones pondremos bajo el amparo de la ley; con el
apoyo de los ministros del altar, interesados antes que nadie en cegar en su
origen las fuentes del vicio y del ejemplo; con el pueblo todo y con la
aprobación, en fin, de la Europa entera, pues no es posible que en el consejo
de las naciones se haya decretado ni decrete que España ha de vivir envilecida.
(...) Españoles: acudid todos a las armas, único medio de economizar la efusión
de sangre (...), no con el impulso del encono, siempre funesto, no con la furia
de la ira, sino con la solemne y poderosa serenidad con que la justicia empuña
su espada. ¡Viva España con honra!
Cádiz, 19 de septiembre de 1868
Cádiz, 19 de septiembre de 1868
Lo firman: Juan Prim, Francisco Serrano y Juan Topete, Ramón Nouvillas, Rafael Primo de Rivera, Domingo Dulce, Antonio Caballero de Rodas.
COMENTARIO
COMENTARIO
1. Se
trata de una fuente primaria, es un texto de naturaleza política, una
proclama con la intención decimonónica de los pronunciamientos. Antecede al
golpe que inicia la Revolución de 1868, conocida como “La Gloriosa”,
que dará fin al reinado de Isabel II en España. Será conocido el texto
como ¡Viva España con honra!
El lugar y la fecha
nos vienen indicados en el texto: Cádiz, 19 de septiembre de 1868, así como los
autores del mismo (el colectivo de generales pronunciados), Entre los militares
firmantes de la proclama nos encontramos con el general Prim, con Serrano y el almirante Topete,
todos ellos destacados protagonistas de la “Gloriosa”. El inspirador y figura
más destacada es el general Prim,
participó en la guerra carlista y en la represión de Barcelona contra Espartero
en 1843. Participó en la guerra de Marruecos. Presidente del gobierno durante
la regencia de Serrano, fue el encargado de buscar un nuevo rey para España en
la persona de Amadeo de Saboya.
Francisco Serrano, participó en la guerra carlista. Se unió al
pronunciamiento de Espartero en 1840, aunque luego pasó a los moderados. Fue
amante de la reina Isabel, participó en el Manifiesto de Manzanares y pasó a la
Unión Liberal. Fue jefe del gobierno provisional y luego regente tras la
revolución de 1868. Durante la República participó en la conspiración que acabó
con ella.
Se trata de un texto público, destinado a la difusión general para dar a conocer los
motivos e intenciones del pronunciamiento.
2.
La
idea fundamental es derrocar a la reina Isabel II, explícitamente
marcado en el texto: “(...) niega su obediencia al gobierno que reside en
Madrid (...)”. Además, se pretende convocar Cortes constituyentes por sufragio universal para
decidir el futuro.
Como ideas secundarias,
serían las que explican las razones por las que se han sublevado, es decir, la
violación de la Constitución de 1845, el no cumplimiento del sistema
electoral por la falsificación electoral, la falta de autonomía de los municipios, la
corrupción administrativa, la falta de libertades, la tiranía en la enseñanza,
la inmoralidad de la corte. Tras esta exposición se muestran los objetivos de
la sublevación, para acabar con la corruptela a través de un gobierno provisional
democrático elegido por sufragio universal y con libertades reales.
Además, se sienten
representantes de todos los ciudadanos españoles y esperan que éstos los respalden
en la lucha. Buscan que acudan todos a
las armas por el lema “Viva España con honra”.
3.
Los
últimos años del reinado de Isabel II se viven en un clima de varias crisis
que, finalmente provocan la caída de la monarquía.
Crisis
económica.
Los años sesenta
europeos son críticos (1866, crisis generalizada), pero en España se añade la secular
tradición agraria, que frenaba el cambio. Una serie de malas cosechas obligaron
a reducir las exportaciones y originaron la carestía de los alimentos y la
hambruna. A esta crisis de subsistencia se unió la crisis en la industria
textil, por la falta de algodón originada por la Guerra de Secesión de Estados
Unidos; y en los ferrocarriles, que derivó en quiebras de sociedades y la
crisis en el sector financiero, que repercutiría en una mala situación de la Hacienda
Pública, que como solución parcial, incrementaría la presión fiscal. Todo ello
acabó generando un profundo malestar general, que lleva a una crisis social en
todos los estamentos.
Crisis
política.
Basada en un régimen
isabelino anclado en la Constitución de 1845, que no extendía la participación
política ni la representatividad nacional; se añadía el apoyo de la reina a los moderados ,carentes
ya de una política positiva y moderna. Esta actitud de la reina provocó el enfrentamiento
de gran parte de los partidos políticos de la oposición (progresistas y
demócratas). A estas causas se unieron otras como la desaparición de las
principales figuras de los políticos moderados y unionistas, O'Donnell y
Narváez, que habían apoyado a la reina.
La sucesión de acontecimientos:
pronunciamiento de Prim en Villarejo (1866), el levantamiento de los sargentos
del cuartel de S. Gil (1866), levantamientos de agosto de 1868 en los Pirineos,
Barcelona, Valencia y Aranjuez.
La alianza entre los
progresistas y los demócratas contra el régimen tras la firma del Pacto de
Ostende en agosto de 1866, a la que se unirían más tarde los unionistas.
Con este caldo de
cultivo, en septiembre de 1868 se sublevan en Cádiz los firmantes en Ostende e inician el
periodo denominado Sexenio Democrático o Revolucionario, que culminó con la caída
de Isabel II y con el gobierno provisional de Prim y Serrano, que tras valorar distintos
candidatos eligieron como monarca a Amadeo de Saboya, el cual apenas pudo mantenerse
dos años en el poder.
lunes, 22 de octubre de 2012
martes, 2 de octubre de 2012
domingo, 30 de septiembre de 2012
MANIFIESTO DE ABRANTES
No ambiciono el trono; estoy lejos de codiciar bienes caducos; pero la religión, la observancia y cumplimiento de la ley fundamental de sucesión y la singular obligación de defender los derechos imprescriptibles de mis hijos... me esfuerzan a sostener y defender la corona de España del violento despojo que de ella me ha causado una sanción tan ilegal como destructora de la ley que legítimamente y sin alteración debe ser perpetuada.
Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano (que santa gloria haya), creí se habrían dictado en mi defensa las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si hasta aquel momento habría sido traidor el que lo hubiese intentado, ahora será el que no jure mis banderas, a los cuales, especialmente a los generales, gobernadores y demás autoridades civiles y militares, haré los debidos cargos, cuando la misericordia de Dios me lleve al seno de mi amada Patria, a la cabeza de los que me sean fieles. Encargo encarecidamente la unión, la paz y la perfecta caridad. No padezco yo el sentimiento de que los católicos españoles que me aman, maten, injurien, roben ni cometan el más mínimo exceso...
Abrantes, 1 de octubre de 1833.
Carlos María Isidro de Borbón.
Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano (que santa gloria haya), creí se habrían dictado en mi defensa las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si hasta aquel momento habría sido traidor el que lo hubiese intentado, ahora será el que no jure mis banderas, a los cuales, especialmente a los generales, gobernadores y demás autoridades civiles y militares, haré los debidos cargos, cuando la misericordia de Dios me lleve al seno de mi amada Patria, a la cabeza de los que me sean fieles. Encargo encarecidamente la unión, la paz y la perfecta caridad. No padezco yo el sentimiento de que los católicos españoles que me aman, maten, injurien, roben ni cometan el más mínimo exceso...
Abrantes, 1 de octubre de 1833.
Carlos María Isidro de Borbón.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
viernes, 7 de septiembre de 2012
miércoles, 15 de agosto de 2012
La rendición de Bailén
La rendición de Bailén |
Artehistoria.
jueves, 14 de junio de 2012
sábado, 9 de junio de 2012
Manifiesto de Montecristi
MANIFIESTO
DE MONTECRISTI
“La guerra no
es contra el español que, en el seguro de sus hijos y en el acatamiento a la
patria que se ganen, podrá gozar respetado, y aun amado, de la libertad que
sólo arrollará a los que le salgan, imprevisores, al camino. Nosotros, los
cubanos, empezamos la guerra, y los cubanos y los españoles la terminaremos
[…]. No hay odio en el pecho antillano, y el cubano saluda en la muerte al
español a quién la crueldad del ejército forzoso arrancó de sus casas y su
terreno para venir a asesinar en pecho de hombres la libertad que él mismo
ansia. Más que saludarlo en la muerte quisiera la Revolución acogerlo en vida,
y la República será un tranquilo hogar para todos los españoles laboriosos y
honestos, que podrán gozar en ella de la libertad y de los bienes que no
habrían de encontrar aún por largo tiempo en la flaqueza, la apatía y los
vicios políticos de sus país […]”.
(Montecristi,
Santo Domingo, 25-Abril-1895)
Firmado
por José Martí y Máximo Gómez.
- El documento es un extracto del Manifiesto de Montecristi, redactado en la isla de Santo Domingo por los líderes independentistas cubanos Martí y Gómez. Es un texto de fuente primaria y de temática política. Sus autores son José Martí, político, escritor, poeta y periodista cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95; y Máximo Gómez, que fue un militar en la Guerra de los 10 años de Cuba y general en jefe de las tropas revolucionarias cubanas en la Guerra del 95. Está redactado en Montecristi puesto que ambos estaban exiliados y desde allí partirían a Cuba el 11 de abril de 1895 para apoyar la revuelta. Tiene un carácter público y está destinado a todos los residentes en Cuba, sean independentistas como españolistas.
- En este fragmento se expone el objetivo de conseguir la plena independencia de Cuba y la instauración de un futuro régimen republicano que respete las libertades ciudadanas. La postura de los firmantes es muy generosa con los españoles que admitan al nuevo gobierno cubano, prometiendo respetar vidas y propiedades. Hay una velada crítica al sistema de quintas y al régimen político español de la Restauración.
- En este Manifiesto José Martí y Máximo Gómez expondrán las causas por las que el pueblo cubano recurre a la lucha armada para independizarse de España, manifestando que la guerra de liberación no es contra el pueblo español sino contra el régimen colonial impuesto por España a la isla. Tras la Guerra de los 10 Años, el régimen de la Restauración incumplió gran parte de las promesas hechas a los cubanos, lo que avivó los deseos de independencia que ya existían en la isla. Especialmente hirientes fueron la no concesión de una autonomía política a la isla ni la libertad de comercio especialmente con EEUU, principal mercado de exportación cubano. Tampoco se abolió la esclavitud hasta muy tarde (1886), por lo que la mayor parte de la población negra de la isla se mostró favorable a las proclamas independentistas de Martí y sus compañeros. Finalmente, la subida de aranceles en 1891 provocó la amenaza del presidente norteamericano McKinley de cerrar los mercados de su país a los productos cubanos. Por todas estas razones el Manifiesto de Montecristi tuvo un claro efecto sobre gran parte de los cubanos que lo apoyará sin reservas. Sin embargo, el 19 de mayo de 1895, una columna de soldados españoles mataron a Martí en pleno combate. A pesar de su desaparición en los primeros meses de la revuelta, la sublevación cubana prosiguió sin interrupción con sus nuevos líderes Máximo Gómez y Antonio Maceo.
- La Guerra de Cuba ya había vivido un primer episodio con la llamada Guerra de los 10 años (1868-1878), a la que puso fin la Paz de Zanjón (1878). El incumplimiento por parte de España de la mayor parte de las promesas hechas a los cubanos provocará que a partir de 1895 se inicie la Guerra del 95 o Guerra Necesaria, en cuyos inicios tendrá lugar la muerte de José Martí. El gobierno español tratará en un principio acabar con la sublevación enviando al pacificador de la anterior guerra, el general español Martínez Campos. Pero tras su fracaso se le sustituyó por el general Weyler, partidario de la guerra total. Su dura actuación contra la población civil local estimuló aún más los deseos independentistas de los cubanos, a la vez que provocó una campaña de desprestigio antiespañola impulsada por la prensa norteamericana . El posterior hundimiento del acorazado norteamericano Maine en 1898 provocará la entrada de EEUU en la guerra y la rápida derrota de las fuerzas españolas que acabarán firmando el Tratado de paz de París ese mismo año. Su rúbrica suponía el fin de las últimas colonias españolas en el Caribe y en Asia. Cuba, Puerto Rico y Filipinas pasarían a manos de EEUU.
Mapa desamortización de Madoz
desamortización de Madoz |
Nos encontramos ante un mapa de España dividido en provincias, dibujándose en cada una de ellas un círculo con diferentes tamaños y colores. Estos círculos representan el valor total de las fincas desamortizadas a partir de 1855 en millones de reales. Cuanto mayor es el tamaño de los círculos y más oscuro el color, mayor es la cantidad de dinero que se obtuvo tras la enajenación de los bienes afectados por la desamortización de Madoz. El valor mayor se da en la provincia de Sevilla, con más de 50 millones de reales, seguida de las de Cádiz, Ciudad Real, Toledo y Madrid, entre 40 y 50 millones. En el otro extremo se sitúan Vizcaya y Guipúzcoa, donde no se desamortizó ninguna finca, seguida de Pontevedra, Cantabria, Soria y Almería, con menos de 1 millón de reales vendidos. Se trata de una fuente secundaria de clara temática económica.
Como vemos en el mapa, la desamortización de Madoz alcanzó mayor valor en las regiones donde dominaba la gran propiedad, es decir, en la mitad sur. Aquí, a las propiedades de las congregaciones religiosas y los ayuntamientos, se sumaron las de las Órdenes Militares (Calatrava, Alcántara, Santiago, etc.) ahora disueltas, propietarias de grandes latifundios en la submeseta sur y Andalucía. En el norte, por el contrario, las propiedades eran pequeñas, por eso su valor fue menor. El resultado de esta venta llevó a la consolidación del tipo de propiedad preexistente, es decir, allí donde las propiedades ya eran pequeñas, se consolidó esta forma y muchos cultivadores pudieron agrandar sus propiedades, al adquirirlas si eran arrendatarios. Pero en el centro y sur, la gran propiedad siguió siendo la forma característica; allí, el alto valor de las fincas en venta, solo permitió comprar a los grandes propietarios y la alta burguesía, más interesada en adquirir un bien seguro y de prestigio (seguía relacionándose la propiedad de la tierra con la nobleza) que en invertir en las tierras adquiridas para hacer de ellas una empresa productiva.
En mayo de 1855, el ministro de Hacienda, Pascual Madoz, también progresista y amigo de Mendizábal, publicó su Ley de Desamortización General. Se llamaba general porque se ponían a la venta todos los bienes de propiedad colectiva:
- Los de los eclesiásticos que no habían sido vendidos en la etapa anterior.
- Los de los pueblos.
- una se refería al destino del dinero obtenido: fue dedicado a la expansión del ferrocarril.
- La otra diferencia estaba en la propiedad de dicho dinero: el Estado no era el propietario, sino los ayuntamientos. Aquél percibía el importe de las ventas en nombre de estos y lo transformaría en bonos del Estado.
El proceso de desamortizaciones no sirvió para que las tierras se repartieran entre los menos favorecidos, porque no se intentó hacer ninguna reforma agraria, sino conseguir dinero para los planes del Estado, aunque a medio y largo plazo sí contribuyó a aumentar el volumen general del la producción agrícola.
En el centro y sur peninsular esta desamortización de Madoz consolidó la tendencia anterior en cuanto a la aparición de un proletariado agrícola, más de 2 millones de campesinos sin tierra, jornaleros sometidos a las duras condiciones de vida y trabajo estacional.
Apenas varió la situación desequilibrada de predominio del latifundismo en el centro y sur peninsular y el minifundismo en áreas del norte y noreste.
La enajenación de propiedades municipales trajo consigo el empeoramiento de las condiciones de vida del pequeño campesinado, privado del uso y disfrute de los antiguos bienes del ayuntamiento.