Nos encontramos ante una
caricatura publicada en la revista satírica
La Carcajada en
febrero de 1873. Es por tanto una
fuente primaria y de temática claramente
política. En la imagen aparecen representados una serie de políticos del momento en el salón del trono del Palacio Real de Madrid. Éste se encuentra vacante como lo demuestra la presencia de los atributos de la monarquía (el cetro y la corona) sobre el trono y un letrero que pone "se alquila". Los personajes que aparecen de izquierda a derecha son: el rey
Amadeo de Saboya, el presidente del gobierno Manuel Ruiz Zorrilla, el Presidente del Congreso Nicolás María Rivero, y el Ministro de Estado Cristino Martos. El número
191 que figura en la espalda de Amadeo se corresponde con el número de votos que obtuvo en las Cortes en noviembre de 1870 y en las que salió elegido rey. Además lleva colgado un bolso en el que figura el escudo de la casa de Saboya. Está en actitud de marcharse y con el pie derecho aleja una cesta de regalos acercándola a los otros personajes de la viñeta, mientras que con el dedo la señala igualmente. El presidente del gobierno Ruiz Zorrilla mira a Amadeo con gesto de reprobación ante su marcha inminente. En la cesta aparecen los problemas que tenía el régimen y ante los cuáles el rey decide rendirse: un hombre negro con la bandera de Cuba representa
la guerra de los 10 años entre los independentistas cubanos y las tropas españolas que entonces estaba en su apogeo, al lado un folleto con el título de "cuestión de hacienda, déficit" hace referencia al enorme
problema deficitario que presentaba la hacienda española; en uno de los lazos que cruza la cesta se puede leer "transferencias", sin duda relacionado con la
corrupción política presente durante el reinado de Amadeo: al lado aparece un hombre y un niño que se pueden identificar con
Cánovas del Castillo y el príncipe Alfonso, opuestos al régimen amadeista, y líderes de los moderados partidarios de la restauración borbónica. Sobre otro lazo se puede leer sobre los colores de la bandera de España la palabra
"quintas", tremendamente impopulares para las clases bajas y una de sus principales reivindicaciones en sus protestas por la pesada contribución que les exigía; a continuación una serie de hombrecillos todos armados y uno con una cruz en la mano, con sombreros de color blanco representan a los carlistas, que desde 1872 se habían sublevado contra el rey iniciando la
3ª guerra carlista. Finalmente, aparece otro folleto con el lema
"clero", una parte del cual apoyaba al carlismo y el resto la restauración borbónica, y por tanto contrarios al rey Amadeo considerado un intruso y que apoyó la libertad de cultos presente en la Constitución de 1869. Más allá de Ruiz Zorrilla se encuentran
Rivero y Martos, el segundo descorre una cortina con una mano y señala con la otra a lo que se muestra detrás de ella mientras que Rivero le manda callar acercándose el dedo a la boca, atento a la conversación entre Amadeo y Ruiz Zorrilla. La escena que aparece en el extremo derecho de la imagen muestra a una mujer joven con gorro frigio (símbolo de la libertad y del republicanismo) que como una Marianne representa el nuevo régimen republicano que sustituirá a la monarquía amadeista. Detrás de la
alegoría a la República está un personaje también con gorro frigio y que enarbola una bandera española con el lema República Federal; se trata sin duda del político
Emilio Castelar, una de las principales figuras del republicanismo español.
Hagamos un breve semblanza sobre los personajes que aparecen en la caricatura y el momento histórico al que se refiere. Tras la aprobación de la Constitución de 1869 que establecía un régimen monárquico para España, la principal tarea de los nuevos gobernantes era buscar un rey constitucional y democrático que ocupara el trono. El candidato más idóneo fue
Amadeo de Saboya, segundo hijo del rey de Italia Victor Manuel II, rey liberal y responsable de la unificación italiana. Fue el primer rey elegido por un Parlamento. Consiguió 191 votos por 60 de la República. Sin embargo contó con el rechazo de gran parte del país: de los carlistas, republicanos, de la aristocracia borbónica, de la Iglesia, e incluso del pueblo. Todos lo veían como un intruso. Durante el inicio de 1873 se recrudeció la guerra de cuba y empezó la 3ª guerra carlista, lo que unido a la fragmentación de la coalición gubernamental lo convenció de su renuncia al trono, hecho que se produjo finalmente el 11 de febrero de 1873. Por la tarde de ese mismo día una alianza entre republicanos y radicales proclamaron la República en sesión conjunta de las Cortes.
Manuel Ruiz Zorrilla fue miembro del partido progresista participando directamente en la revolución de 1868. Enfrentado a Sagasta en su lucha por ser jefe del partido progresista tras el asesinato de Prim en 1870, fundó el Partido Radical en 1871. En 1873 era presidente del gobierno cuando Amadeo renunció a la corona, y trató de convencer al rey de que no lo hiciera. Tras la marcha del rey, Ruiz Zorrilla se retiró de la vida política hasta que terminó la I República española.
Nicolás Mª Rivero fue jefe del partido demócrata. Presidente del Congreso durante el reinado de Amadeo, cuya candidatura al trono apoyó con Prim y Ruiz Zorrilla, cuando el rey renunció impulsó la proclamación de la I República.
Cristino Martos, miembro del partido demócrata, participó en las conspiraciones de 1866, por lo que tuvo que exiliarse de España para volver en 1868 tras el triunfo de la Gloriosa participando en la Junta revolucionaria. Durante el reinado de Amadeo fue nombrado ministro de Estado. Durante la Restauración se acercó al partido liberal de Sagasta.
Emilio Castelar, líder del Partido Republicano, participó en la Revolución de 1868 que destronó a Isabel II. Fue elegido diputado en las Cortes Constituyentes, defendiendo la opción republicana hasta que terminó la monarquía de Amadeo y se proclamó la I República, de la que fue su último presidente.
|
Amadeo de Saboya |
|
Manuel Ruiz Zorrilla |
|
Cristino Martos |
|
Emilio Castelar y Nicolás Mª Rivero |
MUCHISIMAS GRACIAS MUY ILUSTRATIVO
ResponderEliminar